miércoles, 28 de enero de 2009

- HASTA EL FINAL, TU

Hasta que no llegó la tarde no fue realmente consciente de que tendría que marchar, y a partir de ese momento se fue apoderando de todos los matices del sufrimiento, esos que no hacen sangre, pero que dejan el cuerpo inerte, anulado, desmadejado. Abilio permaneció en la cama azotando los sentimientos, guardando un espacio protegido de complicidad, en un silencio elocuente que evocaba todas las tormentas, con los ojos puestos en un punto pero sin mirar a nada, como preparando esa calma doliente que se siente irremediablemente después de las despedidas que se dicen sólo con la mirada. Y en ese espacio tan próximo y momentáneo, de serena quietud morosa, de tiempo empobrecido, de realidades sobreentendidas, de confidencias inclusivas, de vínculos cerrados entre dos, le contó a su alma invisible que regresar sin ella no podía y dejarse llevar no sabría. Porque sin ella no quería pensar en nada más allá de aquel instante, ni que se perdiera la encandilante historia de otro atardecer vacio, ni que los sueños volaran otra vez solos, ni vivir en una película que discurría en otro lugar distante… no podía entender que amándola tanto no estuviera presente para sentirlo, para compartirlo
http://www.youtube.com/watch?v=XQpTot5-cJM

domingo, 25 de enero de 2009

- EN TIEMPOS DE ALMENDROS

Acudió sin demasiado entusiasmo a la cita como tantas otras veces, a sabiendas de que nunca había sabido elegir lo que realmente quería, pero con la confianza que le daba haber siempre encontrado, nunca buscado. En el camino fue desgranando con lealtad silenciosa todos los recuerdos, llegando sin piedad hasta la frontera indefinida de un presente demasiado difuso e irremediablemente vacío, porque sólo veía su propio mundo. Abilio se quedó un momento mirando los almendros y pensó que no debía rendirse, que debía creer en las cosas que suceden por algún motivo inevitable y en la voluntad para vencer sus propios fantasmas. Mas tarde pensó que había tenido muchas relaciones, pero que aquella fue la primera vez que hizo el amor

miércoles, 21 de enero de 2009

- SENTIMIENTO GUANCHE (y II)


Pero una sombra se cruzó en su camino, Mayantigo, que furioso de celos le retó trafrique en mano. Acerina detuvo el duelo y les dijo: “por uno daría la vida, por el otro el mundo entero; no quiero sangre ni golpes, respeten mi deseo”. Les condujo hasta el Roque de Idafe, lugar sagrado en el interior de la Caldera de Taburiente donde se hacían ofrendas y donde tantas veces se había pedido por un buen parto o una buena cosecha. Acerina dijo: “Hoy pido que juren acatamiento de mi decisión. Mayantigo, mi cariño es de hermanos; a Tanausú le entrego mi amor
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Esa primavera no florecieron los dragos. Sanadores, adivinos y hechiceros pensativos presagiaron ­­que se aproximaban malos tiempos. Siempre el drago había anunciado por dónde vendrían las lluvias: si florecía por el sur, invierno lluvioso en la costa; si lo hacía por su cara norte, lluvia segura en el monte; y si florecía su copa entera, “lluvia segura nos espera”. Le preguntaron a los dioses y a los astros qué pasaría esa primavera, pero no sacaron nada en claro. Al comienzo del otoño, llegaron noticias preocupantes de Tazacorte, perteneciente al reinado de Mayantigo. Con las primeras luces del alba había desembarcado una gran tropa, proviniente de más allá del horizonte, con ropas metálicas tan duras como pedernales, con lanzas y espadas cortando el viento, para poner en jaque el orden, el equilibrio de la región y arrasar todo lo que se ponía a su paso. Era Alonso Fernández de Lugo que con la fuerza de las armas y con promesas falsas de recompensas logró firmar un pacto.
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No todos estaban de acuerdo, porque no querían renunciar a sus tierras, ni a sus dioses, ni a sus normas, ni a su lengua aborigen, ni a su libertad. Aquellos que se opusieron se refugiaron en las cumbres del reinado de Aceró bajo la protección de Tanausú. La lucha en los alrededores de la Caldera de Taburiente, lugar inhóspito para los extraños, fue terriblemente encarnizada. Tanausú se retiró con los suyos hacia las montañas para defender la Caldera. La compañía de Acerina le daba fuerzas y esperanzas para alcanzar la victoria. Cuando llegó el invierno se sintieron aislados; la isla cálida en la costa se hizo gélida en las alturas y los ancianos y los más débiles marcharon cansados a los reinos eternos. Pero aún en esas condiciones resistieron y Alonso Fernández de Lugo desistió de la campaña ante la imposibilidad de doblegar a los guanches, que se habían hecho fuertes en lo alto de la Caldera. Decía: “son como demonios, surgen como relámpagos bloqueando las sendas y las veredas, no podemos avanzar, hay que pensar en un plan”.
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Vendió como esclavos a los nativos que había hecho prisioneros consiguiendo grandes ganancias. Invitó a nobles y caballeros de España para ayudarle en la conquista, prometiendo que repartiría el botín según el caudal que cada uno aportara. De nuevo enfiló las naves hacia la isla y con nuevas armas y un infinito número de hombres arribó de nuevos en las costas de Benahoare. Con la ayuda del traidor Juan de la Palma (nativo de Tazacorte que hizo alianzas con los invasores y vendió a su pueblo por unos pocos privilegios), inició de nuevo el asedio y la captura de Tanausú y los guanches que le acompañaban. El invierno tocaba su fin y las últimas manchas de nieve en las cumbres hacía ya días que se habían borrado. Tanausú y los suyos seguían sin noticias del enemigo hasta que un día, un amigo de otros tiempos, hoy con nombre de cristiano, se presentó anunciando que traía nuevos y provechosos pactos y que debían negociar. Tanausú convocó en el tagoror a los ancianos y a sus guerreros para decidir si acudían a reunirse con los invasores. Después de mucho discutir, aceptaron la propuesta del emisario y lo dispusieron todo para acudir a la reunión.
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Tanausú con los mejores y los más fuertes guerreros bajó el barranco de Axerjo sin saber que se trataba de una trampa. Alonso Fernández de Lugo le esperaba, pero con la sola intención de capturar al rey guanche y hacerse definitivamente con la isla. Los dos mil hombres esparcidos por el inmenso barranco fueron acabando con los bravos guerreros de Tanausú, y los que no murieron bajo el acero fueron apresados. Tanausú luchó desesperadamente pero finalmente fue capturado y maniatado. Sus gritos de rabia e impotencia atravesaron la noche de un lado a otro de la isla. Le arrastraron hasta la costa y le encadenaron a una de las naves. Pocos sobrevivieron, uno de ellos un joven guerrero que escapó tragando su vivo llanto y renombró aquel camino, tantas veces transitado, Barranco de las Angustias. El navío puso rumbo hacia Cádiz, llevándose a Tanausú como esclavo. Tanta tristeza tenía al sentir la lejanía de su tierra, de su pueblo y de Acerina que a mitad de la travesía se negó a comer y a beber. Solamente abría su boca para repetir vacaguaré (traducido: quiero morir). El inmenso mar era para él casi una tumba.
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Al despertar el nuevo día y con las primeras luces del alba, Acerina conoció la trágica noticia del apresamiento de su amado. Su voluntad fue compartir destino con Tanausú, reunirse con él en el reino de los espíritus. Le pidió a Mayantigo que tapiara su cueva con ella dentro; que no dudara ni llorara porque ese era su deseo. Esperó su muerte recostada en el lecho donde en otros momentos sólo hubo suspiros y besos. Entre tanto Mayantigo, aún sabiendo que su amor no había sido correspondido, no podía superar la pérdida de su queridísima Acerina. Esperó con tristeza su muerte tan cerca que sólo los separaba una losa. Cuando escuchó su último aliento, rodó la losa y se encerró con ella, cumpliendo de este modo los augurios que habían predicho los brujos y adivinos. Y desde entonces cada año por esta época la Caldera se llena de flores de almendro para exaltar la belleza del amor más puro y luego en otoño se tiñe de rojos y ocres para recordar la sangre de los valientes que lucharon por su tierra, por su libertad y por sus sueños.

martes, 20 de enero de 2009

- SENTIMIENTO GUANCHE (I)


Cuando empezamos a preparar esta entrada, queríamos recuperar una leyenda que los que somos de la isla de La Palma (Canarias) siempre hemos oido nombrar. La historia de Tanausú y Acerina es de esas que conmueven, porque está llena de afectos y de sentimientos. Enmarcada en el siglo XV, recoge vivencias, costumbres y tradiciones de los antiguos pobladores de las islas, los guanches. Buscando argumentos para recomponer la historia, hemos encontrado aspectos interesantes de la historia de Canarias que hemos querido mantener, a pesar de que haya quedado una entrada larga...
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Allá por el año 1492 se vivía una época convulsa, con muchos cambios, en un momento de transición después de la reconquista y con el empeño puesto en nuevos retos. Un hombre de gran codicia, Alonso Fernández de Lugo, buscaba la forma de obtener licencia de los reyes Católicos para explorar y conquistar otras tierras. Mientras al otro extremo del gran mar, donde aún el tiempo se medía por lunas o ciclos agrícolas, existía una isla, la de Benahoare (traducido: mi tierra), poblada por gentes tranquilas que sólo querían la paz de su pueblo. Sus habitantes altos, robustos y ágiles para caminar y correr por sus abruptos parajes vivían enamorados de su tierra y del mar. Al norte, en lo alto de la montaña, se abría una profunda depresión formando una gran caldera que ocupaba el centro de la isla y que hacía del lugar casi un paraíso protegido para vivir. Allí se encontraba uno de los doce reinos en los que se dividía Benahoare, el reino de Aceró, donde gobernaba Tanausú, cuya preocupación más importante era que su pueblo no tuvieran carencia de alimentos. Tanausú se ocupaba de organizar cuadrillas para abrir nuevos caminos o construir pequeñas cabañas para los animales. En época de recolección de frutos silvestres, hierbas y semillas, aprovechaban para llenar sus despensas. Sin ser expertos pescadores hacían excursiones hasta la costa y en el litoral rocoso pescaban pequeños moluscos. Vivían en cuevas naturales, algunas de las cuales utilizaban como tumbas.
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El reino de Aceró limitaba con el de Aridane, gobernado por un primo de Tanausú llamado Mayantigo. Este era un hombre sensible, amigo de adivinas y hechiceras, cuyo nombre se debía al recuerdo de la noche clara, serena y estrellada en la que nació. Mayantigo (traducido: pedazo de cielo) tenía una gran amistad con Acerina, quien con frecuencia, entre risas y bromas, se refería al cielo y a las estrellas en alusión a su nombre. Pero él confundía la amistad y veía en los ojos de ella la chispa que no había y en su boca escrita la promesa que jamás pronuncio. Así fue creciendo de manera tormentosa en Mayantigo el amor y la pasión, pensando que algún día su corazón llegaría a ser suyo. Preguntaba a las hechiceras y adivinas por su amor, y éstas con su videncia le anunciaban que veían siempre en la espuma del mar, en el rugir del viento, en el fuego de la hoguera la misma señal: compartiría el hogar toda la eternidad con la bella y valiente Acerina.
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Por esa época Tanausú convocó al tagoror con el fin de pedir consejo y consulta sobre el reino de Tijarafe, donde reinaba su tío Atogmatoma, hombre de avanzada edad que estaba acosado por el mal de los huesos, el mal de los años y que ya no tenía ni vitalidad ni ganas de gobernar. El tagoror era un lugar sagrado donde se tomaban las más importantes decisiones, y que había sido construido por los antepasados con finas lajas formando una especie de círculo. Tanausú fue alentado a conquistar sin violencia el reino de Tijarafa, sólo con palabras y con la ayuda de sus familiares. No sólo conquistó Tijarafe sino también el corazón de Acerina, la más bella benahorita que sus ojos habían visto en la tierra. Su piel bronceada y su mirada limpia de ojos negros espejo de su alma libre, fue como un símbolo que Tanausú llevó a partir de entonces muy adentro.

domingo, 18 de enero de 2009

-CALLE DEL OLVIDO

En este tiempo de abundancias, por esta época en la que se cambian tantas cosas, muchas innecesarias, simplemente porque parece que estamos en la obligación de comprar, suceden cosas como ésta. El que hasta ahora era el mejor, el primero de todos, el más querido, el que estaba siempre en el centro de todas las actividades, el protagonista de esa vida ideal de cuento, se despierta un día y se da cuenta que le han olvidado… porque llegaron las rebajas. Como la vida misma, que a veces se quiebra y nos deja una cara de no entender nada, porque no hay ninguna respuesta

jueves, 15 de enero de 2009

- AMOR EN ESPERA

En un atardecer de invierno, el mar en ese ir y venir se iba convirtiendo en una calle oscura de luz temblorosa y una gaviota aleteó en los ojos llevándose una mirada enamorada, que dejó en el aire un sabor a espera. Supongo que quererte es también eso, porque poco se puede hacer con el amor que nos sobrepasa

lunes, 12 de enero de 2009

- ESPEJO DE TUS OJOS





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Momentos de privilegio
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de espejo plano
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con tu mirada trenzada
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de paz lenta
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inmovil
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de nubes abatidas
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ingrávida la palabra
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como ceniza allí muda
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momentos para descender
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a todas las miradas interiores
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donde sólo tienen cabida tus ojos
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para leer lo que siento

sábado, 10 de enero de 2009

- LA DEUDA DEL AMOR

De una conversación que tuve un día con Xana surgió este pensamiento que he querido retomar hoy, después de una película que volví a ver anoche y que me hizo pensar. Quisiera que fuera una invitación a expresar los sentimientos que se quedan dormidos, que no salen a la luz. Porque "se habla tanto del amor y pocos lo expresan", dejándolo consumir prisionero en la incesante duda de las horas muertas, como una crueldad, sin permitir que se vea todo lo vital y natural que hay detrás de cada cosa, algunas pequeñas e insignificantes pero importantes. Porque llorar, tomar la mano, decir te quiero, hacer una caricia o sonreir de complicidad no es una debilidad, sino una suerte de poder hacerlo con sentimiento

viernes, 9 de enero de 2009

- ESCULTURA VOLCANICA

Este es un recuerdo a mi padre, que fue artista, de esos anónimos, autodidacta, que aprendió a tocar el violín, a pintar, a componer puntos cubanos y a pulir con esmero cada detalle de las cosas que hacía. Esta es una escultura en piedra volcánica que moldeó y que se conserva incrustada en la pared cerca de una de las entradas de su casa de La Palma

miércoles, 7 de enero de 2009

- RECUERDOS DE AYER A HOY

Cerrar los ojos y esperar
saboreando la soledad del tiempo
recordando. las .tardes.. sin final
pinceladas indecisas de amarillo pálido
los dedos contra el horizonte ardiente
ocultando los restos de una pena
ahora con una emoción antes dormida
dejo que fluyan otros sentimientos
de voz baja en nuestro momento
con el corazón de hoy palpitante
de tiempo vivo para nosotros
en aquel mismo lugar...

martes, 6 de enero de 2009

- INVIERNO EN EL ALMA

El invierno no sólo se vive en el cuerpo, también se siente, a veces de una manera descarnada, dejando el alma al vacio con un frio que cala más allá de cualquier posibilidad de protegerse. Abilio se levantó temprano y con formas parsimoniosas, como si estuviera estudiando una partitura, preparó el primer café. Por un momento se sintió a gusto y hasta disfrutó del olor fuerte que surgía a borbotones de la cafetera, en el ambiente cálido de la cocina que le resultaba tan familiar por las mañanas. Sólo cuando sus labios bordearon la taza y el líquido denso y ardiente inundó todos los recovecos de su boca volvió a la realidad. Había estado durante muchos días divagando por pensamientos que ya se sabía de memoria de tanto sentirlos circular por su cabeza bajo la luna mojada. Siempre llegaba a la misma pregunta, ¿por qué no llamaste en todos estos días? Y después un largo silencio, el mismo con el que había convivido durante toda la semana, mientras la lluvia golpeaba suavemente los cristales hasta deslizarse lentamente por su garganta ahogando sus sentimientos. En ocasiones el silencio es peor que las palabras más duras que se puedan esperar.
http://www.youtube.com/watch?v=aqcp9xqnVP8

lunes, 5 de enero de 2009

- PAPAYOS Y PAPAYAS




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En el refugio de La Palma tenemos plantados muchos papayos y en estos días empezaron ya a madurar algunas papayas. La verdad es que después de los excesos de las fiestas se agradece una fruta fresca y digestiva. Nunca me había detenido demasiado en esta planta más allá de algunas averiguaciones que hice en una época a raiz de una información que lei donde se decía que la papaya servía para curar la hernia discal sin tener que operar (de la planta se obtiene la quimopapaína que disuelve el tejido sobrante del disco estropeado evitando la cirujía). Hoy he vuelto a investigar y me ha sorprendido la gran cantidad de propiedades y aplicaciones que tiene. Para empezar decir que el papayo es un árbol tropical que produce las papayas y un latex del que se obtiene la papaína. La papaína tiene abundantes propiedades, por lo que se emplea tanto con fines sanitarios como antiinflamatorio o para combatir distintas dolencias (como medicamento natural), como para usos industriales en procesos relacionados con la carne, la cerveza, etc. Se emplea también en farmacia y consmética para la fabricación de cremas desmanchadoras de la piel. La ingestión habitual de papaya ayuda a realizar la digestión, sobre todo si hay deficiencia de ácidos gástricos que hace que las digestiones sean lentas y pesadas. Pero curiosamente no sólo incrementa los jugos gástricos cuando hay insuficiencia hepatobiliar, sino que puede proteger el estómago en casos de gastritis o cuando se consumen medicamentos. Las propiedades de la papaína actúan también sobre los intestinos y en casos de diarrea tiene capacidad astringente. En la medicina popular se ha empleado para eliminar los gusanos intestinales (en China se macera el fruto en vinagre de manzana que luego se bebe para acabar con los gusanos y tanias). Asimismo las propiedades oxitócicas que posee la papaya ayudan a la menstruación. Tiene tambián aplicaciones externas, para eliminar callos (aplicando un trozo de papaya sobre la zona afectada, frotando al día siguiente con agua caliente) o para eliminar granos y espinillas (las propiedades proteolíticas y bactericidas impide que se infecten). El latex de la planta tiene propiedades cicatrizantes, por lo que se puede aplicar sobre las heridas. Los gargarismos con zumo de papaya combaten las anginas y disminuye la inflamación de garganta. En suma, una fruta muy versatil que habrá que tener en cuenta. A mi con zumo de naranja me parece deliciosa.